La huida (Parte I)

Es cierto que hay varios sueños interesantes de hace tiempo que aún no he escrito en este blog mío de sueños. Pero ahora contaré el de anoche. Debido a la extensión del sueño, me he visto obligado a dividirlo en dos partes.
Me encuentro en un campo verde, no de cultivo sino en un prado delante de una muralla de piedra. Es una zona despoblada de árboles salvo por unos pocos encinos. Sobre sus troncos hay apoyadas dos mujeres con las que converso y un par de hombres pululando cerca. De repente, las puertas de la muralla se abren estrepitosamente dejando salir lo que parece un escuadrón de un ejército medieval, de soldados con armaduras, espadas, lanzas y banderas.


Uno de los hombres que había conmigo grita “¡Ya vienen, huye!”, y puedo ver como el capitán del escuadrón me señala para ordenar a sus soldados que me atrapen. Yo salgo corriendo con todas mis fuerzas a través del campo, corriendo las llanuras vacías, escuchando el ruido del metal tras de mí. Sigo corriendo hasta llegar a un edificio gris, algo moderno con una vidriera como entrada. Entro, el ejército sigue buscándome. En el edificio hay una sala totalmente vacía de paredes de hormigón con dos puertas, elijo una. Tras elegirla me encuentro en otra sala igual, con dos puertas. Así sucesivamente varias veces viendo que quien me sigue ya no son soldados medievales, sino que parecen más bien agentes secretos.

Salgo del edificio tras unas 5 puertas elegidas y me encuentro en un descampado con un montón de bloques apilonados de cajas de metal y plástico, aquello parecía un almacén al aire libre. Ese recinto estaba vallado. En el suelo había un camino pintado de azul fosforescente. Lo seguí. Salté de bloque a bloque, escalando algunos para seguir el camino. Los agentes llegaron y estaban a mis pies. Podía ver la salida. Si podía llegar a un bloque que estaba en el borde del almacén podría saltar la valla desde allí y salir afuera. Pero en uno de los saltos caí, y los agentes me atraparon. Todo se volvió negro.

Despierto en una llanura. Hay una muralla, y árboles. Dos mujeres, más hombres. Esto me suena. Vuelvo a estar en el principio. Se abre la puerta de la muralla y aparece un ejército. Corro. Todo lo que he vivido vuelve a suceder, exactamente igual. Llego finalmente a un almacén, donde subo a unos bloques de cajas para evadir a unos soldados de negro. Salto de bloque en bloque siguiendo una senda azul. Estoy en el último bloque, salto cruzando la verja, y salgo afuera.
 

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