El Sol

Este es el sueño que tuve anoche. Sólo recuerdo el fragmento final, pero la primera parte la resumiré porque sólo recuerdo flashes y cosas bastantes extrañas. Con el resto me explicaré un poco más.
Me encuentro en la calle, justo en el portal de la finca donde vivo. Entro. Me encuentro entonces ante una especie de nave industrial bastante vacía, que en las paredes hay diversos artefactos (sólo recuerdo dos de ellos). Uno de ellos era una simple barra que actuaba de barrera por la que había que pasar. Otro de ellos era una especie de plataforma con un metro para medir a lo ancho, en teoría para (o eso comprendía mi alter ego en el sueño) medir cuán ancho debería ser el ascensor por el que debería subir.

Después subí por un ascensor y aparecía enfrente de mi casa. Sí, era mi casa, el número corresponde, la puerta es igual que la de la realidad... pero el piso (la planta) no corresponde.

Una vez entro en mi casa (la de la vida real), me encuentro a mi madre esperándome como si viniese de viaje. Entro en mi habitación con trastos en la mano (¿de dónde han salido?) y los dejo allí. Mi madre comienza a contarme cotilleos y cosas que han pasado durante esos días (lo típico). Saco mi portátil y lo dejo sobre el escritorio. Me acerco a la ventana, y subo el estor para que entre más luz. Justo en ese momento mi madre me dice algo que me desconcierta:

Pues hoy, ha pasado algo muy raro. -yo pongo cara de interés y ella prosigue- Hoy ha salido el Sol por ahí, un poco raro, ¿no?

Mi madre estaba señalando justo al centro de la ventana, apuntando al infinito. Lo raro, es que mi ventana, y por tanto su dedo, apuntan al noroeste (más al norte que al oeste, creo).

¿Al norte? -le pregunto yo- ¡Eso no puede ser! -yo vacilándole, sin creerle pensando que me tomaba el pelo.

—Sí, sí, te lo juro. Cuando he salido esta mañana al balcón -muy habitual de mi madre salir a cotillear al balcón- he visto todo el Sol que me daba a la cara y casi no podía ver. Supongo que por eso es por lo que tienen el campamento allí y han pasado los helicópteros.

Se me queda cara de incomprensión total. No tenía mucho sentido lo que decía. Lo cierto es que el Sol no se veía desde mi ventana, cuando habitualmente por la tarde se ve y desde ella puedo ver la puesta del Sol, excepto ese día. Me vuelvo a mi ordenador, y mientras se enchufa, sigo hablando con ella. Abro el explorador de Internet (obviamente Google Chrome, hasta en los sueños sé cuál es el bueno). 

Mi madre antes de irse se fija en el reloj de mi ordenador. Me dice que tengo mal la fecha. Yo le contesto que está bien puesto que "hoy es tal día de tal mes de 2010" (no recuerdo la fecha exacta).

Y mi madre me responde con cara de asombro: —¿2010?
 

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